El proceso puede parecer complicado pero sólo necesitarás 7 pasos.
Una tarde, sentada frente a un maravilloso grupo de niños, un maestro relataba, absorto por la complejidad de su descubrimiento, cómo podíamos envasar la felicidad. Tan sólo necesitábamos 7 pasos.
Te los contamos:
- Tener un frasco de cristal con difusor
- Agua
- Amor
- Amabilidad y cuidado
- Respeto
- Una buena dosis de observación positiva
- Una etiqueta en la que escribiremos, para no confundir, “Felicidad”
Y ya tenemos nuestra… ¡colonia de la felicidad!
Eso si, hay que saber usarla puesto que es importante rociarla cerquita de la piel, de esta manera facilitaremos un buen contacto con el aroma.
Este es uno de los trabajos que realizamos hace unas semanas con el grupo de Mindfulness para niños (Elephant Plena) donde construimos juntos miradas positivas y constructivas. Donde aprendemos a vivir en armonía con nosotros mismos, con nuestras relaciones y con el planeta.
Un espacio donde todos y cada uno de ellos son aprendices y maestros.
Esta colonia es un regalo de uno de ellos, Dima, un niño de 6 años lleno de dulzura, entusiasmo, creatividad y mucha curiosidad y he de decir al pié de la letra sus indicaciones: “mejor rociarla cerquita de las orejas porque así llega más fácil a nuestro cerebro”. Yo lo he probado y ¡funciona!
Pruébala, ya sabes que los buenos aromas vienen en frascos pequeños.
Belén Colomina – Psicóloga